San Pedro Sula, Honduras. – Pablo Lavallén, muy consternado por la muerte de Orinson Amaya, rompió el silencio tras la conferencia de prensa en el triunfo de Marathón sobre Lobos UPNFM.
«Primero, debo decir que fue quizá el partido más difícil que he dirigido en mi carrera. Para mí como entrenador y para los jugadores como futbolistas, disputar este tipo de encuentros después de enterrar al presidente ayer fue durísimo. No había ningún tipo de exigencia y cualquier resultado habría sido entendido. Por eso resalto el compromiso de los muchachos. Muy golpeados, salieron a jugar un partido importante para cerrar la fase regular, y lo hicieron muy bien, considerando todo lo que vivimos y sufrimos. Antes de salir a la cancha había gente llorando en el vestuario, y al terminar el partido también. Esto seguramente se extenderá por varios días y no será fácil dejar atrás todo lo que Orinson Amaya representa para Marathón. Fue muy difícil y destaco el compromiso de los jugadores».
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«Nosotros tratamos de estar al lado de la familia. Hoy estuvimos con ellos, conversando, hablando, abrazándolos. Es muy duro lo que ha pasado. Para mí, en mis diez años como entrenador, puedo decir que en solo cinco meses que lo conocí, es el mejor presidente que he tenido, sin desmerecer a los demás. Es una persona irreemplazable, porque no solo pierde Marathón, pierde el fútbol hondureño. Era alguien que podía llegar a donde quisiera: siempre dispuesto a escuchar, aprender, mejorar».
«Pensaba constantemente en los jugadores, en los empleados del club, en la afición, en todos los detalles. Venía desde las seis de la mañana y se quedaba hasta tarde. Fue muy difícil jugar este partido. Solo tratamos de recordarle a los jugadores que debíamos seguir haciendo lo que nos trajo hasta aquí, jugar como lo hicimos en las 20 fechas anteriores. Era un mensaje más de deseo que de convicción, porque si a alguien no le salía algo, no podíamos reprochar nada: todos estamos muy golpeados. Este triunfo nos ayuda a aflojar un poco el corazón, a tener algo de tranquilidad porque los muchachos hicieron lo que debían. Ganamos y seguiremos peleando para lograr el sueño de la décima».