Tegucigalpa, Honduras. – Honduras enfrenta un duro golpe económico tras quedar fuera del Mundial 2026, una eliminación que impacta directamente en las arcas del fútbol nacional. Según estimaciones federativas, el país deja de percibir más de 300 millones de lempiras en premios y beneficios asociados a la clasificación, una cifra que suele representar un impulso determinante para el desarrollo deportivo, las selecciones menores y la infraestructura. La ausencia en la Copa del Mundo rompe así con una oportunidad clave de crecimiento y planificación a largo plazo.

El impacto, sin embargo, va mucho más allá del ámbito estrictamente futbolístico. Clasificar a un Mundial moviliza sectores completos de la economía: publicidad, turismo, comercio, medios de comunicación y marcas que se benefician de la exposición global y del entusiasmo colectivo. No asistir al torneo significa un freno considerable para estas industrias, que esperaban un 2026 económicamente más dinámico gracias al efecto que genera la participación de la Selección Nacional.

Pese al duro golpe, dirigentes y analistas recuerdan que el deporte siempre está sujeto a la posibilidad de ganar o perder, y esta vez a Honduras le tocó enfrentar las consecuencias más difíciles. El desafío ahora será levantarse, replantear la estructura futbolística y trabajar para que un fracaso de esta magnitud no vuelva a repetirse. El país pierde millones, sí, pero también la ilusión de un impulso deportivo que deberá recuperarse con planificación y decisiones firmes.

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